«El sector está trabajando duramente por reducir la huella de carbono»
Tanto el hormigón como el cemento se han puesto en el punto de mira de los agentes climáticos por su elevado impacto medioambiental y la poca innovación del sector en el camino a la sostenibilidad. ¿Cómo han afrontado este hecho en los últimos años?
Es cierto que estamos en el punto de mira, pero también lo es que somos dos industrias que siempre hemos vigilado mucho el cuidado medioambiental y estamos sujetos a una gran cantidad de legislación al respecto. Sin embargo, desde el punto de vista de la huella de CO2, el hormigón es un consumidor de cemento, y el cemento está haciendo un gran esfuerzo por reducir su huella.
Según la Asociación Global de Cemento y Concreto, el cemento es responsable del 7% de las emisiones globales. Ante esto, el sector está trabajando duramente por reducir la huella, y ya se han conseguido algunos avances importantes como la reducción de la cantidad de clinker y el uso de combustibles alternativos.
Esta huella de carbono del cemento es el principal factor que afecta al hormigón, por ello ANEFHOP ha elaborado una Hoja de ruta del Sector del Hormigón que plantea la utilización de cementos bajos en carbono, así como otras medidas, el uso de energías limpias, o la reducción de las distancias a las materias primas, que acompañen en ese proceso de reducción. De hecho, el objetivo es reducir las emisiones de CO2 a causa de este material en un 40% para 2030, sobre los datos de 1990.
En contexto, según el Ministerio de Transición Ecológica, en 2020 el sector con más peso en el global de las emisiones de GEI es el transporte (27 %), seguido de las actividades industriales (20,8 %), la agricultura y ganadería en conjunto (14 %), la generación de electricidad (11,8 %), el consumo de combustibles en los sectores residencial, comercial e institucional (9,2 %), y los residuos (4,8 %).
Agua, áridos, transporte… la cadena de valor del hormigón es más amplia de lo que muchos creen, ¿cuáles son las medidas que se están tomando para reducir su impacto?
El agua es uno de nuestros componentes más preciados, por eso la gran mayoría de las plantas reutiliza el agua para que no se desperdicie nada mediante el empleo de balsas de decantación para recuperarla. Es algo que llevamos muchos años vigilando en España.
En cuanto al resto de materias primas que no son cemento, la mayor huella procede del transporte. Hay que decir que, en el caso de los áridos, los suministradores son locales, y las distancias recorridas, generalmente son pequeñas. En esta materia, la forma de actuar es clara, reducir la distancia lo más posible y utilizar vehículos menos contaminantes.
¿Cree que España, y en general Europa, puede afrontar con mejores armas la reducción de emisiones en el sector en comparación con los países asiáticos, los cuales tienen un mayor desarrollo de infraestructuras y por ende un mucho mayor consumo?
Es cierto que parte del problema procede de los grandes volúmenes de materiales que se consumen. El hormigón es un material revolucionario, a nivel industrial no lleva tanto tiempo con nosotros, y las prestaciones y posibilidades de construcción han hecho posible grandes obras arquitectónicas y de ingeniería. Y aunque en huella por unidad de producción no es tan contaminante como otros materiales, si añadimos el dato del consumo, hace que su gran volumen de consumo sea responsable de ese alto porcentaje de las emisiones totales que se está trabajando por reducir.
No es menos cierto que en el entorno europeo tenemos la sensación de tener una mayor preocupación por los asuntos medioambientales, incluso con necesidades de consumo inferiores a los grandes centros de consumo asiáticos. En estos países también se están tomando medidas, y es cierto que en algunas medidas nos superan. Según nos dicen, el número de vehículos eléctricos en construcción en China es muy superior al europeo, y esta elección no es por un tema de rentabilidad sino de cuidado del medioambiente. Sin embargo, el gran volumen de consumo incide en una gran emisión de kilogramos de CO2 equivalente.
En plena crisis energética, Europa teme el desabastecimiento de energía en invierno debido al obligado uso de la calefacción en los hogares, y el hormigón parece ser un gran aliado para asegurar una adecuada climatización. En su opinión, ¿cree que esto puede ser un revulsivo para su utilización en contraposición a otros materiales de construcción?
Sí, de hecho, siempre hemos defendido las grandes cualidades del hormigón para lograr construcciones más sostenibles. En ese sentido, hemos publicado recientemente los 5 puntos principales en los que se basa esta determinación: el ahorro energético, el aislamiento, el producto local y transporte, la durabilidad y su característica reciclable. Además, lo hace contribuyendo en las diferentes fases de la construcción.
En cuanto al ahorro energético, por ejemplo, el hormigón es un material de gran inercia térmica lo que, combinado con una adecuada orientación de los edificios, permite aprovechar la energía solar en zonas de gran amplitud térmica diaria. Además, las viviendas construidas con hormigón son capaces de absorber la energía solar a través de las ventanas y almacenarla en la gran masa de las losas, muros y techos, con la posibilidad de ser liberada sólo cuando la temperatura del aire disminuye a valores menores a los de estos elementos, mediante el mecanismo de la radiación. Este fenómeno puede suponer un ahorro energético importante para las personas que residan en ellas.
Asimismo, su capacidad aislante permite un importante ahorro de energía de climatización del edificio como han descrito diversos estudios que comparan la solución de fabricación con cerramiento de muros de hormigón, frente a la solución tradicional de cerramiento con ladrillos.
Se habla de que, por ejemplo, las carreteras de hormigón son más sostenibles a largo plazo que las tradicionales en términos de mantenimiento general de la infraestructura y menor rodadura de los vehículos. ¿Opina que esto puede hacer del hormigón un material neutro en emisiones en determinados casos? ¿Cómo se puede fomentar esta transición?
Las carreteras de hormigón presentan numerosos beneficios económicos, de disponibilidad operativa y de seguridad en comparación con otras opciones ejecutadas con pavimentos flexibles. La vida útil es mayor, en la mayoría de los casos, de 40 años.
En cuanto a los beneficios operativos y sociales, gracias a los bajos niveles de mantenimiento en las carreteras construidas con hormigón se puede lograr hasta un 58% menos de cortes de carreteras e interrupciones de tráfico, lo que significa un impacto positivo en la economía local al reducirse las demoras y la probabilidad de accidentes. En lo que se refiere a los niveles de calidad y confort de conducción, estos son más altos al mantenerse durante un mayor periodo de tiempo la pavimentación en su estado original. Por último, este tipo de solución constructiva hace que las vías sean entre un 5% y un 15% más resistentes, pudiéndose modificarse con facilidad su textura superficial para mejorar su resistencia al deslizamiento en escenarios de tráfico de alta y baja resistencia.
Los organismos públicos, a la hora de elegir una determinada tipología de firme para una obra vial, deben tener en cuenta los costes a incurrir en todo el ciclo de vida del proyecto. El hormigón es la mejor opción disponible para la construcción de carreteras gracias a su gran versatilidad y ahorro de costes a largo plazo, algo que permite también mayores beneficios en términos de seguridad, mantenimiento y confort de conducción.
¿Cómo se han preparado las plantas de hormigón en estos años para cumplir con los criterios de sostenibilidad que la sociedad está demandando?
La pasada crisis de construcción hizo que los modelos de plantas que se estaban estableciendo en España fueran cuestionados, y se iniciara un proceso de exigencia mayor para elevar el nivel de aquellos que no lo alcanzaban. ANEFHOP emprendió en el año 2011 el Plan ‘Compromiso por la Sostenibilidad’ Distintivo Hormigón Expert, consistente en establecer una serie de requisitos a seguir por todas las empresas asociadas con el propósito de obtener la excelencia en la fabricación de hormigón preparado. El plan, tutelado por la Asociación bajo la supervisión rigurosa de sus inspectores, se basaba en tres pilares: máxima seguridad, máxima calidad y protección del medio ambiente. Este plan sigue vigente hoy en día entre las empresas de la Asociación, es obligatorio para poder pertenecer, y ha sido un soporte importante para poder adaptarse con facilidad al RD163/2019 de la Instrucción Técnica de Control de Producción, obligatorio para todas las plantas de hormigón, sean de la Asociación o no.