¿Quién controla al controlador?
Madrid, viernes 22 de marzo de 2019 a las 13:00 horas, jornada para señalar en el calendario del sector del hormigón. Se aprueba en Consejo de Ministros el Real Decreto 163/2019 por el que se ratifica la Instrucción Técnica para la realización del control de producción de los hormigones fabricados en central, un cambio normativo que reconocía, por fin, la necesidad de implantar políticas de calidad transparentes y que aportasen mayores garantías a clientes y usuarios. Y digo fecha para recordar porque esta nueva reglamentación, que sustituye a la Orden Ministerial 21/11/2001, se venía reclamando años atrás.
En todo foro de construcción, ya sea con el hormigón u otro material como protagonista, la importancia de los laboratorios de hormigón y el control que realizan éstos sobre la producción, sin importar el lugar donde se produzca, es objeto de debate permanente, pues es un elemento clave para el control de la calidad de los suministros de las plantas de hormigón.
En España, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los países de la Unión Europea donde el control de producción goza de absoluta fiabilidad, las sucesivas instrucciones basan el control del hormigón en la recepción en las obras. El nuevo Real Decreto 163/2019 es un paso necesario para acercarnos a la situación de la mayor parte de los países europeos, donde el control se extiende a la fabricación en central.
El Real Decreto 163/2019, que entra en vigor el 1 de julio de 2019 (prorrogándose la exigencia de certificación externa de su cumplimiento hasta el 1 de abril de 2021 debido a la inexistencia inicial de infraestructura para dicha certificación externa), resuelve el vacío existente hasta la fecha.
Esta normativa introduce la supervisión periódica de su cumplimiento por organismos de control externos a la planta. Esto supondrá que cada planta tendrá que estar certificada por el organismo de control correspondiente para poder suministrar hormigón. Esta supervisión afecta también al control de producción que realiza el propio fabricante, al que el Real Decreto 163/2019 obliga a definir unos objetivos de calidad que garanticen el cumplimiento de los criterios de aceptación del control de recepción que se realiza al hormigón cuando llega a las obras.
A día de hoy, la toma de muestras y los ensayos de hormigón fresco, procesos necesarios para el control de producción, están totalmente normalizados. Sin embargo, se producen una serie de incidencias que afectan negativamente a su fiabilidad debido, principalmente, a las características propias del hormigón fresco, que hacen difícil mantener las condiciones de ensayo de la normativa reguladora. Esta dificultad se incrementa cuando la toma de muestras y el transcurso de las primeras horas de conservación se realiza en las obras, ya que en éstas no se suele disponer, en el control de recepción, de medios suficientes para cumplir con los condicionantes de las normativas de ensayo.
Este es un hecho ampliamente contrastado, ya que en el 80% de las ocasiones en que el control de recepción ha levantado la alarma sobre una posible baja de calidad del hormigón se ha comprobado, posteriormente, con la extracción y ensayo de probetas testigo, que el hormigón cumplía con la calidad exigida.
Del mismo modo, lo demuestran, año tras año, los resultados del Ensayo Inter Laboratorios (EILA), que provocan unas discrepancias muy altas que, si bien para las conclusiones del EILA pueden aparecer como datos atípicos de la muestra, en el ámbito profesional hubieran resultado una reclamación de cliente, una falta de pago e incluso una posible demolición.
Esto se debe a que, en el control de recepción, el laboratorio tiene, demasiadas ocasiones, como única motivación la obtención de un resultado para trasladárselo a su cliente, dejando de lado la responsabilidad en cuanto a si ese resultado es representativo o no del hormigón del que se han obtenido las muestras.
Los motivos de la problemática descrita pueden ser muy variados. Por un lado, una falta de concienciación de los laborantes sobre la trascendencia del trabajo que realizan, que se traduce en una falta de formación reglada. Por otro lado, las condiciones en las que estos profesionales realizan su trabajo, donde en muchas ocasiones no hay lugares adecuados en la obra para realizar correctamente la toma de muestras y confección de probetas o, incluso, la inexistencia de locales para mantener las probetas durante las primeras horas en las condiciones que indica la normativa. También, la falta de profesionalidad de los laborantes en la ejecución de ensayos conforme a las correspondientes normas UNE.
Sin embargo, el control de producción se lleva a cabo por laborantes (propios o subcontratados) que la empresa productora se preocupa de concienciarlos sobre la trascendencia de su trabajo y la necesidad de realizar los ensayos conforme a la norma. Asimismo, la empresa productora se preocupa de que las primeras horas de conservación en obra cumplan las condiciones exigidas y que los ensayos se realicen conforme las correspondientes Normas UNE. En el control de producción prima el interés de la empresa en conocer las características reales de su producto para tomar decisiones en función de esos resultados y de las características de las materias primas utilizadas.
Esperamos que la certificación, que conlleva la entrada en vigor del Real Decreto 163, otorgue una mayor credibilidad y fiabilidad a los datos del control de producción de los fabricantes de hormigón y que, con el tiempo, nos conduzca a tener el mismo reconocimiento que otros productos de la construcción, cuyas características declaradas por el fabricante no se ponen en duda.
Desde ANEFHOP, creemos necesaria la exigencia de formación y certificación habilitante para los laborantes con el objetivo de poner en valor la dificultad de la toma de muestras y ensayos, de las implicaciones que puede tener un fallo en el proceso, y por supuesto, de las repercusiones que puede tener para el fabricante de hormigón.
Como se puede ver, no es un tema sencillo, tampoco nuevo, y necesita de la toma de conciencia de todos para tomar las soluciones necesarias que nos permitan movernos con seguridad y fiabilidad con los resultados obtenidos.
Es por esto que desde ANEFHOP recalcamos la importancia de vigilar el proceso en su totalidad, para que las condiciones en las que se realizan las mediciones sean las más adecuadas, para que no se produzcan discrepancias entre la práctica y la teoría, siempre con el fin de obtener resultados válidos, tanto para fabricantes, laboratorios y usuarios. Porque el control de la calidad, y por ende la seguridad, de infraestructuras, edificios y viviendas es un tema de vital importancia, tanto social como sectorial, que no hay que descuidar.
Carlos Peraita
Director General de ANEFHOP
Publicado por Cemento Hormigón