Los incrementos de coste de las materias primas del hormigón de Canarias amenazan con bloquear la actividad de la construcción
Los precios de la energía y el combustible han incrementado los costes de las materias primas alcanzando unos niveles que ponen en riesgo de quiebra al sector del hormigón en Canarias. Una situación que, como señalan desde la Asociación Nacional Española de Fabricantes de Hormigón Preparado, ANEFHOP, afecta a todo el sector pero que en las islas se ve agravada por la necesidad de trasladar parte de estas materias desde la península o importar desde Marruecos.
“Las tensiones en los precios de la energía, entre otros factores, están provocando que los costes de nuestras materias primas se incrementen de una forma espectacular. La posibilidad de incorporar estos incrementos de costes a las cuentas de resultados, sin repercutir a los clientes, no parece posible debido a la magnitud de los mismos”, señala Pablo Gómez Escribano, delegado de ANEFHOP en Canarias.
A principios de este año, se vivió un primer incremento de los costes debido a la subida de precios durante 2021 de la energía eléctrica, la escasez de materias primas básicas para la fabricación de aditivos, los salarios, los derechos de emisión de CO2, etc. Una situación agravada desde febrero de este año por la huelga de transportes y la guerra en Ucrania que ha aumentado los precios de la electricidad y del combustible, al mismo tiempo que ha favorecido el desabastecimiento de materia prima básica.
“Todos ellos con incrementos importantes por la particularidad de Canarias, donde hay que añadir los costes de transporte e importación de muchas de las materias primas procedentes de la península o de Marruecos”, recalca el delegado de ANEFHOP.
Una subida en los costes que puede frenar la recuperación que estaba viviendo el sector en las islas tras la pandemia por Covid-19 en la producción de hormigón, que tras una bajada del 7% durante 2020 había conseguido recuperar cifras previas a la pandemia y cerrar 2021 con una producción positiva del 22%. “Además, surge la preocupación de cómo combatir estos sobrecostes cuando los contratos de suministro de obra ya están firmados, en muchos casos, sin la posibilidad de revisión de precios, lo que supone suministrar muy por debajo del coste de producción, situación que no permite la ley y que está provocando cuantiosas pérdidas económicas”, añade.
El cemento y el árido, los costes principales de producción
Los principales costes en el hormigón afectados por esta situación son por el precio del cemento, de los áridos, de los aditivos, el transporte de estas materias primas, de la energía eléctrica empleada en las plantas y del combustible de los camiones hormigonera y palas cargadoras de planta. Todos ellos con incrementos importantes.
En concreto, el cemento y el árido representan el coste principal, que suponen entre un 50-60% del coste de producción total. Uno de los principales motivos es el componente energético que tiene el cemento en su fabricación, ya que la demanda de energía eléctrica por parte de las fábricas se ha visto afectada por los incrementos de precio del megavatio, que en 2021 han llegado a los 383,67 €/MVh, y en 2022 ha llegado a valores superiores a los 700. El precio del gas, la escasez, y la amenaza de corte de suministro por parte de Rusia están llevando a esta tensión de precios.
A esto hay que sumar el incremento del precio de los derechos de CO2, con gran impacto en la producción de electricidad y de cemento. Mientras que en 2021 no se trasladó de forma directa el sobrecoste del cemento a los a los clientes (según tablas del MITMA), el año 2022 se ha iniciado con nuevos precios. A estos costes habría que sumar los incurridos de transporte del Clinker a las islas, dado que en Canarias no existen fábricas de este material, necesario para la fabricación del cemento. Tanto el cemento como el árido, además añaden los incrementos de coste que se han producido por el aumento del gasoil para su transporte.
Dentro de los costes de la planta hay que añadir los propios de la fabricación y venta, como son el coste energético de la planta y el gasoil consumido por los camiones hormigonera y palas, que también han sufrido incrementos importantes.
Esta situación está ocasionando graves problemas a las empresas fabricantes debido a que los contratos se firmaron con compromisos de volumen y precios prefijados. “Debido al entorno de incertidumbre actual, en el que se hace casi imposible que los productores estimen un precio de oferta confiable, reivindicamos la necesidad de plantear un contrato en el que haya una cláusula de revisión de precios”, concluye Pablo Gómez Escribano.