Entrevista a Jon Azpeitia Ibarrondo, presidente del Comité de Gestión de ANEFHOP en Euskadi

 

  1. ¿En qué situación se encuentra el sector del hormigón en Euskadi?

A pesar de las diversas situaciones adversas que nos ha tocado vivir, tales como crisis económicas, pandemia Covid, falta de inversión pública, retrasos en la finalización de las infraestructuras ferroviarias, etc. puedo afirmar que el sector está preparado para afrontar los nuevos retos que se aprecian en un panorama general siempre cambiante.

Confiamos en la profesionalidad de las empresas vascas y en su capacidad de adaptación, cumpliendo la premisa de fabricar y entregar un producto de calidad, procurando el mejor de los servicios a nuestros clientes.

Este año ha habido cambios importantes en el marco legal. La plena entrada en vigor del RD 163/2019 sobre control de producción y la aprobación del Código Estructural han marcado nuestra agenda.

Las políticas en materia de seguridad, medio ambiente y formación son punteras a nivel nacional, y están en línea con el resto de los países de la UE. Por otra parte, no debemos perder de vista los nuevos retos tecnológicos que se presentan, tales como la descarbonización de nuestros productos.

El intrusismo laboral, el incumplimiento reiterado de los plazos de pago y el acusado incremento de nuestros costes hacen que haya que reinventarse de una manera continua. En este sentido, el notable alza del coste de materias primas, de la energía y del transporte va a suponer un problema a solventar a corto plazo.

En este sentido, cabe destacar que las ventas de hormigón han crecido un 17% en el País Vasco durante el último año, algo notable, que ayuda a la recuperación de la economía regional.

 

  1. La producción de hormigón en la región se ha mantenido estable en el primer trimestre del año (en comparación al 2020), ¿cuáles son las principales tendencias y retos que observa para que se pueda aumentar y estabilizar la producción?

La situación se puede considerar moderadamente optimista. Es necesario un fuerte compromiso tanto del Gobierno Vasco como de las Diputaciones Forales en materia de inversión en la ejecución de las infraestructuras pendientes.

La ejecución de la línea vasca de alta velocidad ferroviaria está especialmente ralentizada; sirva como ejemplo que existen tramos que se iniciaron en el año 2008 y no han concluido. Se debe de realizar un esfuerzo en materia de financiación para terminar esta infraestructura en todos los territorios, ya que como ciudadanos nos merecemos la conclusión de una obra tan necesaria para nuestro desarrollo económico.

Así mismo, no debemos perder de vista el efecto del COVID sobre nuestra economía. El sector se ha tenido que adaptar a trabajar en condiciones especiales, habiéndose logrado un éxito por la nula incidencia que ha tenido en el desempeño de nuestros centros de trabajo

 

  1. Desde ANEFHOP se han solicitado medidas al Gobierno Vasco para relanzar la industria de la construcción. ¿cómo plantea que sea esta recuperación? ¿Es necesario implantar un refuerzo en la inversión pública en infraestructuras y en el sector privado?

La construcción ha sido un importante motor en la reactivación de la economía. La inversión en obra, tanto pública como privada, supone una importante generación de empleo y de actividad económica. El Gobierno Vasco es consciente de la relevancia del sector y del impulso que requiere, sin dejar de lado la diversificación de la economía.

Por parte de los fabricantes de hormigón, tenemos que apostar por una mejora en la eficiencia de nuestros procesos, la sostenibilidad, la digitalización y la economía circular. Un ejemplo práctico de ello es el uso de áridos reciclados procedentes de la actividad siderúrgica, que en Euskadi ha sido empleado con profusión.

 

  1. Los últimos meses han sido muy importantes para el sector debido al RD 163/2019 y la aprobación del Código Estructural, ¿qué aspectos destacaría de la implantación de las nuevas exigencias en las empresas vascas? ¿La finalización del plazo de adaptación al RD ha ocasionado problemas a las empresas productoras locales?

La fabricación del hormigón preparado ha estado siempre muy ligada a la actividad legislativa. El destino final del hormigón lo justifica, ya que su calidad y durabilidad son de vital importancia para la obra pública y la edificación.

La implantación del RD 163/2019 ha supuesto un incremento de esas exigencias legislativas, cuya trascendencia debe suponer un revulsivo para el sector de la fabricación del hormigón preparado, así como debería serlo para su entrega y puesta en obra.

La certificación del RD 163/2019 no ha supuesto ningún problema para nuestro sector en Euskadi. Las empresas vascas antes de aprobarse este Real Decreto ya cumplíamos con la mayoría de sus exigencias. El sector del hormigón en Euskadi está muy profesionalizado, y dispone de los medios suficientes para adaptarnos a los continuos cambios que el mercado demanda.

Aunque la aprobación de Código Estructural ha sido muy reciente, consideramos que las empresas están preparadas para este nuevo reto.

Desde la Asociación ya hemos realizado diversas actuaciones formativas, dando así mismo respuesta a las diversas cuestiones planteadas en esta materia.

Sería deseable, además de lógico, que estas exigencias de mayor control en producción, con certificación externa, tuvieran su repercusión en obra. Dicho esto, consideramos que no es riguroso que las pruebas de la calidad del hormigón queden en manos de laboratorios que carecen de exigencias de control por parte de las Administraciones.

 

  1. ¿Cómo ha influido la pandemia de COVID-19 en el sector del hormigón regional? ¿Son cambios que se mantendrán en el tiempo o estima que serán a corto plazo?

Aún es prematuro evaluar la incidencia de la pandemia tanto en el conjunto de la sociedad como en el sector del hormigón. Sí se aprecian cambios en las relaciones con las empresas constructoras, ya que las medidas de distanciamiento social han supuesto una modificación de hábitos. Internamente se está comprobando que la pandemia ha supuesto una mayor concienciación en actuaciones de prevención de riesgos laborales dentro de las empresas.

En cuanto a su repercusión en nuestros centros de trabajo, la pandemia COVID ha supuesto un cambio de procedimientos, ya que la salud de los empleados es un aspecto fundamental, y para su prevención se han adoptado las medidas necesarias.

Aun siendo un sector expuesto por la continua interacción con el personal de diversas obras, se puede decir que el COVID ha tenido una baja incidencia en nuestra actividad.

Desde el punto de vista económico, los mercados se han comportado de una manera estable en comparación con lo que inicialmente preveíamos. No obstante es necesario el compromiso de los organismos oficiales con el sector de la construcción. Somos un importante agente creador de empleo y motor económico de nuestro entorno.

 

  1. Al margen de la COVID-19, ¿siguen siendo la competencia desleal y la ausencia de suficiente obra pública los mayores problemas al correcto desarrollo del sector?

La competencia desleal es una lacra que estamos soportando como sector. De nada sirve nuestros esfuerzos por adaptarnos a las demandas del sector, si a la postre hay compañías que realizan negocio sin cumplir los requerimientos.

En Euskadi la competencia desleal la fomentan las administraciones que licitan obra pública, ya que favorecen y facilitan la instalación de plantas de hormigón en obra cuyos permisos y licencias, en caso de disponer de ellas, están otorgadas “con alfileres” ya que se pretende justificar como interés público.

Se debe de exigir los mismos condicionantes tanto a las empresas establecidas, como a las de nueva implantación, bien sean para el mercado en general o para el suministro concreto de una obra.

En cuanto a la posible existencia de centrales de hormigón que carezcan del certificado del RD 163, no conocemos que en Euskadi hubiera ninguna instalación que incumpliera la legislación. En cualquier caso, contamos con la plena confianza de que el Departamento de Industria del Gobierno Vasco será tajante a la hora de actuar frente a esta ilegalidad.

A estas dos circunstancias se debe añadir el incumplimiento generalizado de los plazos de pago.

Aun cuando la obra pública ha sido tractor del sector, en los últimos años ha pasado a un segundo plano. La iniciativa privada ha tomado el testigo y ha logrado que la caída del volumen de mercado no sea tan acusada. Se puede considerar que el 50 % de la construcción en Euskadi es iniciativa privada.

Desde 2012  existe en España una ley de morosidad que limita los plazos de pago a los 60 días. Por desgracia esta ley no se aplica en nuestro día a día. Las empresas estamos soportando en muchos casos la financiación de nuestros clientes.

 

 

  1. ¿Qué puntos destacaría de la gestión que realiza ANEFHOP a favor de la industria del hormigón?

ANEFHOP ha representado satisfactoriamente la defensa de los intereses generales de sus asociados en Euskadi. Las actuaciones en contra de la competencia desleal no siempre han sido fructíferas, pero se ha logrado que las administraciones exijan la tramitación de licencias para la implantación de centrales en obra.

De igual forma, la asociación ha contribuido a la profesionalización del sector, facilitando información a las empresas a través de actividades formativas, así como a la concienciación de la necesidad de acomodar nuestra formas de pago a las normativas vigentes.

 

  1. ¿Cómo ve el futuro a corto/medio plazo del sector en Euskadi?

Euskadi es una zona con una amplia tradición industrial y con una cultura empresarial altamente implementada en la sociedad. Prevemos que el sector remontará la situación actual con un nivel suficiente y sostenido de demanda.

Para ello, es indispensable que las distintas instituciones implicadas aceleren los grandes proyectos de infraestructura que están ya en marcha, y que los complete con otros nuevos, muy necesarios para la sociedad.