Entrevista a Joaquín Molina, miembro de la Junta Directiva de ANEFHOP

  1. Cuéntenos de usted y su relación con el mundo del hormigón

La verdad es que toda mi vida profesional, desde que acabé la Universidad, ha transcurrido en el sector del hormigón. Empecé en Valencia como becario hace 22 años en una pequeña empresa familiar, y desde entonces ha sido como una adicción para mí, vivo con pasión el sector y los cambios que en él se han producido a lo largo de todo este tiempo. He tenido la oportunidad de conocerlo en profundidad con diferentes responsabilidades en diversas compañías dentro y fuera del país. En la actualidad llevo la Dirección Comercial y de Marketing y la Vicedirección de la División Industrial en España de Eiffage Infraestructuras, que engloba los negocios de áridos, hormigón y logística.

 

  1. ¿Cómo está enfrentando el sector del hormigón la crisis producida por la pandemia?

Con dificultades, como casi todos los sectores de la economía. Obviamente no podemos compararnos con el sector turístico y de restauración, que ha sido golpeado de forma brutal, pero en el nuestro hay que tener en cuenta que veníamos de una década con repetidas caídas interanuales de 2 cifras, y cuando nos estábamos empezando a recuperar lentamente los tres últimos años, nos viene esta nueva crisis que nos coge todavía muy débiles. En 2020 el sector ha vuelto a caer más de un 10%, aunque me preocupa más como está disminuyendo la cartera, que es la que garantiza la producción a corto y medio plazo. Los proyectos de licitación de obra pública durante la pandemia han bajado de forma importante, así como los de construcción de viviendas, lo que hace que afrontemos un 2021 muy preocupante que puede ser incluso peor que 2020.

 

  1. ¿De qué manera o con qué instrumentos se puede garantizar la recuperación del sector en los próximos años?

Lo primero que a todos nos viene a la cabeza son los fondos europeos, que sin duda serán la herramienta principal, pero mientras éstos llegan se deben acelerar de forma urgente las licitaciones de proyectos de infraestructuras y vivienda pública; teniendo en cuenta que el sector de la construcción es uno de los que más PIB aporta al país, y que otros dos muy importantes (turismo y automóvil) están en una situación crítica debido al Covid-19, si esto no se hace el desempleo y la economía española podrían llegar al borde del colapso.

 

  1. ¿Cuál es su percepción en torno a los fondos europeos que llegarán en los próximos meses y cómo pueden influir en la industria del hormigón?

Como decía antes, creo que serán el principal instrumento pues, con dichos fondos, se debe transformar el país en toda su dimensión y prepararlo para el futuro. En mi opinión el reto es similar al de la transformación que se produjo en las décadas de los 80 y 90, donde tuvimos que superar el retraso acumulado por la dictadura. La sociedad está expectante, ilusionada y preparada para empujar esa necesaria transformación, y espera que sus representantes políticos estén a la altura en este momento crucial donde parece que las palabras están pesando más que los hechos. Yo, que soy optimista por naturaleza, creo que aprovecharemos dichos fondos de forma adecuada para producir el cambio estructural que necesita el país, y en el que sin ninguna duda el hormigón tendrá su influencia y protagonismo, pues se trata de un producto necesario para innumerables proyectos de transición energética y movilidad para los que la industria está sobradamente preparada.

Específicamente en nuestro sector, hay un sinfín de mejoras posibles: sería razonable que cambiara el modelo de construcción en la edificación haciendo los muros de fachada con hormigón, ganando en seguridad y tiempos de ejecución, superficie útil y robustez en la estructura, de manera que terremotos como el de Lorca no les afecten de forma tan importante, y en general la durabilidad del edificio sea mucho mayor y por tanto más sostenible. En la actualidad ya existen hormigones que utilizan materiales de baja densidad y gran capacidad de aislamiento, reduciendo así el peso de la estructura y mejorando la eficiencia energética; tengo la esperanza que las normativas futuras vayan hacia hormigones de altas prestaciones para reducir la cantidad del producto en estructuras más esbeltas, necesitando por tanto menos recursos materiales para su construcción; espero que se apoyen de forma decidida las carreteras mixtas de hormigón y aglomerado asfáltico, aprovechando mejor las propiedades que tiene cada uno de los productos, tanto para su durabilidad y menor mantenimiento como para la reducción del consumo de combustible en la rodadura; por otro lado, creo necesario que se favorezca tanto el uso de materiales más eficientes o reciclados en el diseño de los hormigones como la optimización de la cantidad de cemento, con el objetivo de disminuir la huella de carbono sin que ello signifique reducir las prestaciones ni la durabilidad del producto; sería importante y deseable que se apoyaran proyectos que permitan reutilizar hormigones sobrantes de obras que todavía permanecen en estado fresco; en definitiva, hay muchísimos campos sobre los que actuar y en los que por ejemplo Eiffage y otras empresas están investigando, pero que también desde ANEFHOP y diversas asociaciones se están promoviendo y que espero lleguen a buen fin.

 

  1. Queda menos de un mes para que expire el plazo que obliga a la certificación del control de producción de las plantas de hormigón. ¿Qué mensaje les trasladaría a las plantas de hormigón que aún no han obtenido el certificado?

Creo que globalmente, salvo casos excepcionales, todo el sector está concienciado de la necesidad y obligatoriedad de esta certificación. Es verdad que, como siempre, lo hemos dejado de forma bastante generalizada para última hora y, en estos momentos, hay un cierto tapón en las empresas certificadoras acreditadas para llegar a tiempo, pero mi sensación es que la gran mayoría de las plantas que todavía no la han obtenido, están en proceso o con fecha reservada para la auditoría, por lo que estimo que en poco tiempo la mayor parte del sector estará certificado.

Por otro lado, las Administraciones Públicas están enviando circulares a las empresas suministradoras y constructoras para avisarles de que esta obligación entra en vigor el próximo 1 de abril, y estarán muy atentas para que no haya plantas suministrando hormigón sin certificación; de hecho ya hay muchas constructoras que lo están exigiendo, y algunos proveedores que dentro de su Política de Responsabilidad Corporativa, van a pedir a sus clientes que estén certificados para venderles materias primas, por lo que aquellas empresas que no quieran certificarse no tendrán futuro y desaparecerán irremediablemente a medio plazo.

 

  1. En su opinión, ¿cuáles son las principales aportaciones de valor del RD 163/2019?

En un paso más para converger al resto de países europeos en cuanto a exigencias dentro de nuestro sector, y espero que el definitivo antes de tener una normativa armonizada igual para todos.

Por otra parte, entiendo que de forma definitiva esta certificación significará la desaparición total de cualquier duda sobre la profesionalidad de las empresas suministradoras de hormigón, las cuales en general cumplen unos estándares de calidad, medio ambiente y prevención de riesgos laborales muy por encima de la mayoría de otros sectores; la normativa y controles que afectan a los fabricantes de hormigón preparado son muy exigentes, pero aun así sigue habiendo dudas sobre su verdadero nivel profesional, especialmente debido a una pequeñísima parte que daña de forma injusta la imagen de todo el sector. Con este RD y la obligación de su certificación, lo que espero es que esta parte desleal desaparezca para siempre y el sector recupere la imagen que realmente merece.

 

  1. ¿Qué retos, a su juicio, tiene el sector para los próximos años?

Principalmente que sea sostenible económicamente, así de dura es la realidad que enfrenta el sector. Las empresas de hormigón preparado estuvieron casi una década con pérdidas económicas permanentes debido a la crisis de 2008, donde la morosidad y el desequilibrio de la oferta y la demanda fueron la tormenta perfecta para arruinar a un gran número de compañías y debilitar enormemente las reservas de las que pudieron subsistir. Estas últimas no se han recuperado, están realmente débiles, y solo podrán continuar en el futuro si se aumenta la rentabilidad y se le da el valor real que tiene el producto que venden. Creo que a esto ayudará la certificación del RD porque empujará a que la competencia desleal vaya desapareciendo, pero por otro lado será muy importante, además del buen aprovechamiento de los Fondos Europeos, la concienciación de la Administración Pública de obligar a las empresas a cumplir la vigente Ley de Morosidad.

 

  1. En un contexto tan complicado como el actual, ¿qué papel debe cumplir, o representa una asociación como ANEFHOP?

Verdaderamente ha realizado un trabajo increíble y puedo asegurar que ha ayudado a nuestro sector a transformarse por completo en la década 2008-2017, cuando sufrimos las consecuencias de la crisis financiera mundial y explotó en España la burbuja inmobiliaria. En esos 10 años tremendamente difíciles, la implantación del sello EXPERT y la obligación de certificarse para ser asociado de ANEFHOP, ha preparado a las empresas asociadas muy bien para el futuro, y se ha avanzado muchísimo en calidad, prevención, productividad, innovación y sostenibilidad, convirtiéndose en mi opinión en un referente para otros sectores e incluso otros países. Muchas veces tenemos la sensación, muy española, de que el resto del mundo hace mejor las cosas, pero cuando viajamos nos damos cuenta de que fuera nos valoran mucho más de lo que lo hacemos nosotros mismos y, si comparamos de forma objetiva, vemos que realmente estamos a la altura de los mejores. Un ejemplo es el propio Grupo Eiffage, multinacional en la que trabajo y que ha confiado en nuestra División de España como referente de hormigón para grandes o complejos proyectos de infraestructuras, quizás el más significativo por la dificultad del producto, en la Guayana Francesa, donde está situada la Agencia Espacial Europea, en el que un equipo nuestro diseñó y fabricó el hormigón para la plataforma de lanzamiento del cohete Ariane 6.